Los gobiernos latinoamericanos gestionan cifras de dinero exhorbitantes que salen de los bolsillos de sus ciudadanos, de sus ingresos, con la promesa de mejorar su calidad de vida. Sin embargo, una cantidad significativa de aquel dinero se pierde por corrupción e ineficiencia. Esa misma suma bastaría para terminar con la pobreza extrema de la región.
La publicación Mejores gastos para mejores vidas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló en diciembre de 2018 que el valor ponderado de 4,4% del PIB de América Latina se pierde entre filtraciones y fugas del gasto público. Pese a que el porcentaje parece representar poco, lo cierto es que los autores demuestran que si se administran esos recursos de forma correcta, podría reducir la pobreza extrema casi en su totalidad.
Este estudio deja una serie de inquietudes acerca del manejo presupuestario y los procesos burocráticos de los gobiernos, así como de qué tan efectivo resulta centralizar la administración de recursos para alcanzar el bienestar de una sociedad.
