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No es soplar y hacer botella


Guayaquil, en septiembre, aprobó una ordenanza que busca regular los plásticos. Asimismo, en Quito existen tres proyectos de ordenanza y lo mismo sucede en la Asamblea con tres proyectos de ley. Ante toda esa avalancha de regulaciones al uso de los plásticos, cabe cuestionarse si son necesarias o no, al menos para nuestro país.

En Guayaquil, se ha dicho que la ordenanza es clave, caso contrario, en el 2050, van a haber más plásticos que peces en el mar. Pero ¿realmente salvaremos el mundo regulando las industrias de Guayaquil y de Ecuador?

La isla de plástico

En el estudio sobre “Evidencia de que el Gran Parche de Basura del Pacífico está acumulando rápidamente plástico”, se menciona que su peso oscila entre 45 mil y 129 mil toneladas, donde alrededor del 52% de los residuos pertenecen a materiales de pesca como redes, cuerdas y líneas. Además, entre 10% a 20% de este parche de plástico es producto del Tsunami Tohoku del 2011, por lo que solamente un 30% es producto del consumo del planeta. [1]

De acuerdo con el Banco Mundial en su estudio denominado “Qué Desperdicio. Una revisión global de la Gestión de Residuos Sólidos” [2], América Latina representa el 12% de la basura mundial, generando 160 millones de toneladas anuales.

La industria plástica en Ecuador

El estudio sectorial “Plásticos” de la Cámara de Industrias de Guayaquil nos da un panorama bastante amplio sobre el mercado ecuatoriano en este sector:

En Ecuador, en el año 2016, el 26,5% del total de la oferta de productos de plástico fueron importadas y el 73,5% repre­senta a productos de fabricación local. Así también, el 67% de la producción total fue dirigido al consumo intermedio, es decir que se incorporaron como insumo de otras cadenas de valor ya sean estas de bienes o servicios finales, el 28% fue captada por el consumo final de hogares, y por último, el 5% se destinó para las exportaciones.

Es importante recalcar este punto, considerando que somos bastante autosustentables en la producción de plásticos. Esto significa que tenemos una industria fuerte y competitiva que nos permite poder satisfacer la demanda local en un gran porcentaje. Además, cómo podemos observar acorde al estudio realizado, gran parte de esta producción es utilizada para conformar el producto final. Con respecto a este último punto, el estudio menciona:

La agricultura, ganadería, silvicultura y pesca capta el 27% de los productos de consumo intermedio. Dentro de este grupo, la actividad que más requiere estos productos es el cultivo de banano, café y cacao con el 89%, seguido por la acuicultura con el 2%, el cultivo de cereales con el 3% y el cultivo de flores con el 1%. Estas actividades requieren ma­yormente artículos para envasar y embalar sus productos para su comercialización, sea esta interna o externa.

Las industrias manufactureras son las que más requieren insumos para introducirlos dentro de sus procesos produc­tivos, captando el 36% del consumo intermedio.

El sector de elaboración de alimentos representa el 48% de este grupo, seguido por el sector de bebidas no alcohólicas con el 12%. Estos dos sectores juntos representan el 60%, los cuales de­mandan principalmente envases y botellas para empacar sus productos. [3]

Esto indica que una afectación a la Industria de Plásticos tendría repercusiones bastante significativas en el resto de sectores.

Según el Módulo de Información Ambiental Económica en Empresas (2016) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) [4] los residuos plásticos de las empresas representan solo el 1.67% del total de residuos no peligrosos generados, por lo que la regulación a las empresas de plástico no tiene mayor relevancia para poder resolver el supuesto problema que existe en el Ecuador o en ciudades como Manabí, Quito, Guayaquil, sobre los plásticos de un solo uso.

El impacto del reciclaje

Además de observar que el impacto en residuos plásticos es bastante bajo en comparación con otros problemas en materia de residuos que afronta nuestro país, debemos tomar en cuenta el mercado que se ha generado alrededor del reciclaje en el Ecuador. La Superintendencia de Compañías indicó que se generaron más de 280 millones de dólares en la actividad de Recolección, tratamiento y eliminación de desechos, recuperación de materiales (E38) en 2017. Dentro de esta actividad, el procesamiento de desperdicios y desechos metálicos y no metálicos y de otros artículos para convertirlos en materias primas secundarias (E3830.01) representaron el 48.27%, generando más de 135 millones de dólares.

Fuente: Ranking de Compañías 2017 de la Superintendencia de Compañías.

Si bien los datos mencionados nos dan una idea del sector de reciclaje en Ecuador, no son completamente certeros. En el estudio realizado por la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo denominado: “Reciclaje Inclusivo y Recicladores de Base en el Ecuador” nos dan más pistas sobre el impacto de este sector en nuestro país. El informe menciona que, en 2014, Ecuador generó:

… alrededor de 11.341 toneladas diarias de residuos sólidos, es decir, un aproximado de 4’139.512 t/año, de los cuales el 61,4% son orgánicos, papel/cartón 9,4%, plástico 11%, vidrio 2,6%, chatarra 2,2%, y otros 13,3%. Es decir, un aproximado del 25% del total de residuos sólidos urbanos generados diariamente en el Ecuador tiene potencial a ser reciclados.

De los cuales:

… se recicló un aproximado de 245.000 toneladas métricas, es decir el 24% del total potencial reciclable. En base a la información levantada en el presente estudio, los recicladores de base del país de las cuatro ciudades analizadas aportaron con el 51%, es decir con 124.855 toneladas métricas.

A la vez, señala que:

Se destacan como principales generadores de residuos sólidos urbanos los siguientes actores: Domicilios, Comercial/Institucional e Industria. En base a la información del MAE-PNGIDS, los domicilios aportan con el 70% de los residuos del país, 16% el sector comercial/institucional, la industria con el 8% y el sector hospitalario con el 6%.

Si tomamos en cuenta esta información y la cruzamos con el estudio del Banco Mundial, mencionado en el inicio de este análisis, tenemos que el impacto por plásticos de Ecuador es alrededor del 0,03% con respecto al resto del planeta. Entonces, ¿vale la pena castigar a un sector que ni siquiera es el mayor culpable de la contaminación por plásticos, afectando su negocio, el sustento de miles de familias y restándonos competitividad?

Promover iniciativas que busquen alternativas sostenibles y eviten el consumo de plástico de un solo uso es importante. Sin embargo, de acuerdo con los datos analizados, las medidas relacionadas a este objetivo que surjan desde los sectores públicos deben apuntar a la concientización de los ciudadanos.

Solamente educando e incentivando la gestión de residuos de los domicilios y las compañías de manera adecuada con el ambiente resolveríamos el 80% del problema. Al contrario, las ordenanzas y proyectos de ley que se discuten actualmente en Ecuador pretenden terminar con el problema atacando a quienes apenas representan un 8% en la escala nacional (ni se diga en la escala mundial).

Las políticas públicas no deben ser deben ser diseñadas como si de una fórmula mágica se tratara la vida. Debemos analizar y tomar en cuenta cuáles son las verdaderas causas, razones, someterlas a debate y plantear soluciones más sólidas que podrían estar aquejando a nuestra sociedad, no es soplar y hacer botella.

Referencias:

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