¿Está usted de acuerdo en incrementar la zona intangible en al menos 50.000 hectáreas y reducir el área de explotación petrolera autorizada por la Asamblea Nacional en el Parque Nacional Yasuní de 1.030 hectáreas a 300 hectáreas?
¿Recuerdan cuando Rafael Correa prometió a la comunidad internacional cuidar el Parque Nacional Yasuní por ser una fuente de vida y recursos naturales mundial? ¿Recuerdan cuando el mismo Rafael Correa desafió a la comunidad internacional con explotar la zona intangible del Yasuní por no darle suficiente financiamiento que no quiera rendición de cuentas?
La decisión de proteger o no al Yasuní ha sido un instrumento político a lo largo de los años para complacer los intereses y caprichos de los políticos. Esta vez no es diferente y, de nuevo, los habitantes de la zona no tienen una voz por sí solos.
El Yasuní es territorio ancestral de la comunidad waorani y hogar de los pueblos indígenas en aislamiento Tagaeri-Taromenane. ¿Por qué tenemos que decidir todos los ecuatorianos lo que creemos que es mejor para ellos? ¿Por qué el presidente de turno puede disponer del futuro de este territorio una y otra vez?
El área de zona intangible que la pregunta plantea incrementar no responde a los estudios de movilidad de los pueblos no contactados y es probable que sigan ocurriendo conflictos en las zonas.
Dado que la ley no es retroactiva, los bloques que se están explotando actualmente seguirán su marcha. Tomando en cuenta el espacio que requieren las explotadoras para realizar las pruebas, abrir caminos y demás actividades, las 300 hectáreas que se mencionan en la consulta serán insuficientes.
En definitiva, esta pregunta es parte de la estrategia política para conseguir el apoyo por el Sí y legitimar al gobierno que llegó al poder de forma incierta. No obstante, no garantiza ni el bienestar de los waorani y los Tagaeri-Taromenane, ni que se extienda de nuevo la zona petrolera, ni tampoco conseguirá un cambio sustancial en el bienestar de los ecuatorianos.