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Alejandro Bolaños

Venezuela, la “papa” se calentó y se quemó


La represión fue la 'táctica' de Maduro para evitar el ingreso de ayuda humanitaria

El 23 de febrero, para muchos fue un sábado más, pero América Latina y otras regiones del mundo centraron su atención en Venezuela.

Luego de que la comunidad internacional extendió su apoyo al líder opositor Juan Guaidó con millonarias donaciones en ayuda humanitaria, la fuerzas de Nicolás Maduro frustaron el intento de llegar con alimentos y medicinas a los ciudadanos. La resistencia chavista dejó como lamentable resultado cuatro personas fallecidas, 285 heridos y dos camiones con ayuda humanitaria quemados.

A pesar de que el frente madurista y progresista argumenta que estos tres años de crisis humanitaria incesante se deben a una crisis inducida que la cocinó y la sigue cocinando el 'imperio', los venezolanos se enfrentan a precarias condiciones de salud y nutrición reales. Ni siquiera la salida de Maduro podrá solventar la situación actual que, como postre, promete una exquisita intervención militar.

Mientras tanto, hay dos bloques en el otro frente: el primero, los opositores a Maduro y el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, junto con un listado de países que —pese a que entre sus constituciones y normativas nacionales se circunscriben a la autodeterminación de los pueblos y el respeto a la soberanía de sus hermanas naciones— aceptan y reconocen un acto que, con el paso de los años, evidenciará su legitimidad o ilegalidad. El segundo, exjefes de estado, activistas sociales y ONGs, que ven en el llamado a elecciones generales por parte de Maduro la salida más idónea para arrancar el desmonte de la crisis humanitaria y el éxodo de venezolanos a países de la región.

Con todo el ambiente caldeado, el pasado 23 de febrero, todos estos sectores ahondaron sus acciones para, desde un lado y con Guaidó a la cabeza, ingresar la ayuda humanitaria. Y del otro, con Maduro a la cabeza, ver como una victoria inequívoca el haber evitado el ingreso de esa ayuda para su pueblo.

Pues bueno, el resultado es que entre todos le pusieron una chispa al menú con un gran concierto que invocaba paz y libertad (artistas y voluntarios apoyando a Guaidó) y los mismos ingredientes (artistas y voluntarios) más un sabor adicional (a cargo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana). Todos ellos encendieron, calentaron y literalmente hasta quemaron “la papa” (medicina y alimentos) que venía en la ayuda humanitaria.

Al final del día, la fiesta pasó. De hecho, los conflictos políticos, sociales y económicos fervientes, más el menú que no pudieron disfrutar, no solo lo necesitan, sino que piden a gritos un alto, una solución. Pues, más allá del entramado de la geopolítica mundial y los intereses de EE.UU. en Venezuela, este intento por comer la “papa” caliente dejó a más de uno quemado.

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