La descentralización y el poli centrismo son los caminos más eficientes para salir de esta situación.
Tras varios desastres naturales como el huracán Katrina (2012) en Estados Unidos aparicieron emprendedores y sistemas descentralizados que permitieron una pronta recuperación de las ciudades y de sus economías como se muestra con basta evidencia en el libro Community Revival in the Wake of Disaster.
Las decisiones tomadas en la noche del domingo por parte del gobierno nacional son las adecuadas para manejar la crisis de forma pormenorizada y adaptándose a las circunstancias de cada uno de los cantones del país. Otorgar el poder de decisión a los GADS permitirá que cada ciudad retome las actividades económicas según las características de sus cantones.
Ahora, cuando la decisión recae en los GADS, estos deben entender que todos los actores de sus cantones deben participar en la reactivación de la economía.
El caso más emblemático quizás sea el de la Cámara de Comercio de Guayaquil y sus afiliados, muchos de ellos afectados de forma severa por este cierre auto infligido de la economía. La Cámara de Comercio de Guayaquil propuso el levantamiento de las restricciones al comercio de forma segura y planificada, logrando que desde el domingo todos los comercios puedan atender mediante servicio a domicilio y cumpliendo con normas de bioseguridad.
Esta iniciativa, y toda la coordinación que requiere, se genera gracias a los vínculos existentes entre comerciantes y a su capacidad de adaptación sustentada en la necesidad que tanto ellos como nosotros tenemos, generar ingresos que nos permitan subsistir.
El simple hecho de que el sector privado proponga la reactivación de la economía de forma segura nos muestra que si las decisiones se descentralizan podemos obtener mejores resultados.
Tras 41 días de aislamiento el gobierno y su órgano tomador de decisiones, el COE, no presentó una sola propuesta para atender la economía de manera eficiente. Fueron los comerciantes, bajo el paraguas de la Cámara de Comercio de Guayaquil, quienes tomaron la iniciativa. Es momento de que en cada cantón del Ecuador se replique esta forma proactiva de actuar.